1990. Noche fria y oscura. Lluvia y viento hacen temblar las viejas ventanas. El silencio reina por la vecindad. Ni los perros están en la calle. Un grito desesperado rompe la quietud de la noche. Una persona camina sola y con dificultad.
Catalina. Vieja, jubilada y viuda. Vive una vida sin sentido. El unico que la compreendia se he muerto en un crimen sin solución. Sin hijos, sin animales, sin ocupación. Se pasava los dias odiando a todo y a todos. Sean vecinos o prestadores de servicios. Cualquier cosa que tenga vida. Todo es porqueria. Nada es bueno.
Las noches de Catalina son largas. Sin dormir, se pone a viajar. Opio, vinos y musicas. Compañeros que nunca la dejarian sola. Recuerdos, como el de Pugliese, la llevan a la Buenos Aires de 1924. Su buena infancia en la casa de su abuela. Juguetes y musica. Catalina dejaba las muñecas pra oír los lamentos del bandoneón del abuelo.
Un tango en especial le llamaba lal atención. El viejo habia cambiado su letra. Se trataba ahora de un crimen. Un asesinato que todavia no habia ocurrido. Tenia data, hora y local marcados. Catalina tenia miedo y curiosidad. Hasta que el dia llegó.
La niña se puso detrás de una puerta encuando veía el abuelo llegar en la saleta. El tenia un cuchillo en una de las manos y su mujer, que gritaba mucho, en la otra. Dos cuchillazos y no mas. La vieja se he muerto. Un ruido hecho por la chiquilina y el asesino la mira. Silencio. Los ojos se encuentran. Ambos sonrien.
El dia amanece. Catalina se despierta del viaje de todas las noches y oye en la radio:
- Cuerpo de un viejo encontrado en la basura. La policia cree que fué asesinado con dos cuchilazos. Una vieja sonrisa. Un cuchillo con sangre en el cajón.
Historia sangrienta y condensada. Conseguiste contar dos crímenes en uno superponiendo los tiempos y transformar el personaje a lo largo de la narración. Al principio parece una vieja refunfuñona pero después gana elementos muy siniestros.
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