lunes, 10 de diciembre de 2012
El dia brillaba como todos los dias ultimamente lo hiciera. Comenzaba a entibiar la mañana y la luz del sol sobre el mar lo dejaba plateado como el collar reluciente que pendía del fino cuello de la mujer y que, el hombre que tenía al lado, insistía en mirar indiscretamente. Un árbol frondoso de hojas de color verde profundo protegia a la pareja de las miradas curiosas de un niño que jugaba, sus gritos eran lo único que irrumpía la paz que se respiraba. - Ya estoy cansada de sus mentiras, siempre lo mismo - pensaba ella. El estaba convencido que una vez más conseguiría, esta vez sexo prohibido, fantasía que lo perseguía insistentemente. Ella pensó esto es el fin...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario