lunes, 17 de septiembre de 2012

De Deisedere


Un poco alto, flaco y tímido: algo que se puede decir de mí, Carlos Wieder.
Participo del taller de poesía para salir del tedio y también para oír y discutir sobre algunas ideas sobre la cultura con mis colegas estudiantes. Creo que muchas veces no hablo como gustaría, pero oígo y en mi cabeza hierve en una charla intima entre laneuronas.
Algunas personas del taller consideran raro yo ser un autodictada porque soy elegante y hablo bien. Raro también las hermanas Verónica y Angélica hablarenconmigo cuando todos gustarían estar en mi lugar. Puedo explicar los dos.
Salí de la escuela con quince años porque no creía enque decían de mí. Yo era visto como un loco, no tenía amigos, todos reían de mí, vivía en la biblioteca en el recreo para que los libros me llevasen en algún lugar distante. ¿Cómo podría permanecer en la escuela?
Pedí a mi padre para estudiar en casa. Él dejó con una condición: que tuviera clase con un profesor particular. A mí me gustó, pero con el tiempo, el profesor se tornó mi amigo y nosotros hablábamos  más de los personajes y sus historias de que otras cosas como matemática, por ejemplo.
El profesor que me presentó a las hermanas Verónica y Angélica. Me encantaron en la primera vista, pero no dice nada a nadie.
Después invité todos a ir a mi biblioteca, allá algo ocurrió. Di un beso en Angélica, cuando el profesor y su hermana fueran hablar con mi padre.
Creo que ellas están enamorados por mi y los miembros del taller están con celos.Celositos, celositos.


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