viernes, 21 de septiembre de 2012

Mate


3 comentarios:

  1. Amanecía. Ruidos, olores y sabores me hicieron despertar, pero resistía en tener los ojos cerrados. Poco a poco me daba cuenta del lugar donde estaba. Estaba enclaustrado en donde jamás saldría: mis propios pensamientos.

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  2. A amanecía, sonido, olores y sabores adentraba mí ventana. Tenía aun los ojos cerrados y poco a poco me daba cuenta de dónde quesera estar. Era mí logar dónde no me preocupaba en aparentar en el fundo alguien que no soy.
    Voy todos los años y allí me quedo tiempo suficiente como para purificar mí alma. De pronto escucho que tocan mí porta.
    _ Despierta hijo. Habla una vos dulce y blanca, de pronto reconozco y mi corazón dispara. Salto de la cama y medio soñoliento no creo en que mis ojos miran. Es mi abuela estimada que vino visitarme.
    El sabor amargo da la distancia se queda en mis pensamientos y con el dulce del amargo me recuerdo con ella de días felices que pasé en aquel hogar. Las tardes de verano en el balcón, hablábamos del futuro que hoy en presente, no es nada do que soñé. Pero por un momento me quedo muy feliz.

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  3. El aroma, los sonidos y los olores suavemente se disolvian al entrar por la ventana levemente abierta de mi cuarto. Aún con los ojos cerrados, podría adivinar dónde me encontraba; el inconfundible aroma amargo de la hierba me llevaron, en un instante, 50 años atrás- me dije, despídete, mañana dicen que aqui habrá un lago, un enorme lago, ahora los hombres los hacen. Desde mañana no sabré mas donde nací.

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