jueves, 3 de noviembre de 2011

Un sentimiento inexplicable

Era una terraza amplia, la claridad estaba siempre presente, mismos en los días más oscuros, mismo en la noche, pues las luces de la ciudad lo iluminaba siempre. Tenía un jarrón con flores, sillones confortables, era el hogar que se mantenía siempre limpio en la casa, era su hogar preferido, era ahí que Lara producía sus escritos, reflexionaba, lloraba, reía y hacía planes.

Cierto día mientras escribía sus memorias, percibió que hacía tiempo que no se ponía a mirar la vista, estaba en el último piso de su predio. Pudiera mirar casi toda la ciudad y aún la escuela de arte.

…Lo que hago para tenerte, por qué abandoné mis planes, mi felicidad, la habilidad que tenía en hacerlo. Dedico cuatro años de mi vida en este espacio. Me encanto, me realizo, a cada día descubro contigo el placer, me desvendas de todas las maneras, solo contigo siento la libertad, es mi camino, la razón de mi vida.

Pero bastó una sola pregunta para que toda una afirmación de vida y carrera se aballaren. ¿cómo te vas a sostener? ¿Crees que puedes vivir de un lado a otro y aún ganando casi nada? No, no tu que es tan acostumbrada con el conforto. Tienes mucho más para ofrecer, esta carrera no es lo suficiente para ti! Y te abandoné.

Yo ingenuamente me rendí. ¿Tenían ellos razón? Soy víctima de expectativas mayores de lo que puedo soportar. Pero ¿si yo no hacer lo que dicen? ¿Si yo enfrentar todo y todos para estar junto de ti? No, sería un equívoco, estamos más de un año apartados, y sé que no se puede dejar de practicarlo, pues cuando se pierde la práctica es difícil volver a lo que eras, mismo se dedicando mucho.

El facto es que mis padres no tienen culpa, solo quieren mi bien, mi felicidad, es correcto que me hagan estas preguntas. Tienen más experiencia de vida que yo. Y además, como dijo, es tarde para volver. Solo pido a Dios todos los días para dejar mi mente tranquila, conformada, Que me diga que no eras el camino. Fuiste algo bueno, maravilloso pero pasajero.

Lara se puso a reír, ahora es divertido acordar de las indagaciones que tenía cuando era joven. Pensaba que nunca sería feliz haciendo otra cosa, sofría por sus padres no la apoyaren en la carrera de actriz. Era increíble, todas las veces que miraba la escuela de arte a través de la terraza, acordaba aquellos tiempos, la infinita angustia.

Siempre soñó en tener una casa que tuviese terraza, creía que era una forma de estar más cerca de las estrellas, la luna y el sol. Ahora ya tenía la tenía, así como su compañero, sus hijos, sus gatos y 80 años en las espaldas. Pero aún sofría pela perdida de sus padres, aún acordaba sus consejos. Ahora los comprendía mejor.

Es una gran escritora, todos quieren que escriba sus memorias. Que cuente como fue el comienzo de su carrera y cómo se descubrió en la profesión. Lara pensaba que, por más que intentase no podría explicar a las personas como ha llegado a ser lo que era. Los caminos as veces te llevan a hogares que no imaginas.

Es sabido que hay un momento en la vida en que tendrás que decidirte entre el conforto y la estabilidad, o la felicidad de hacer lo que queráis. Saber se tus planes materiales son mayores que la voluntad de correr atrás de lo que realmente quieres. Hay cosas que solo el tiempo puede contestar, pero mismo después de tantos acontecimientos y realizaciones en su vida, Lara no comprendía porque aún sentía tantas cosas cuando miraba la escuela de arte. Era como se tuviera dejado algo que hacer, algo inacabado…aquél hogar la hacía estremecer!

1 comentario:

  1. En este cuento en lugar de dos historias parece que tengamos dos personajes: la muchacha indecisa y la mujer mayor, segura y fuerte. Lo mejor es que los dos son el mismo y que podemos percibir, a través del recuerdo, sus diferencias, justificaciones y evolución. Transformar a un personaje sin que parezca forzado es algo bien difícil en narrativa, y aquí está muy bien resuelto, en la imagen de la escuela de arte vista desde la terraza.

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