domingo, 11 de noviembre de 2012

- ¡No me parece que debas hacerlo!
- ¿Cuál es el problema?
- ¡Es peligroso! ¿No puedes hacer otra cosa en tus vacaciones?
- ¡Ay, mamá! Tu siempre tratando de cuidarme. Por si acaso, ¿ya te diste cuenta que tengo barba?
- Si ya lo sé, pero ¿tu crees que en un mes ya estés preparado para hacerlos? ¿Con quién vas? ¿Quién te convenció de esta locura? ¿Y el dinero? ¿Y tu padre lo sabe? Espere que llegue, nada más.
- Voy con Ramón, que tu lo conoces. Él me confirmó que con un mes de preparación física se consigue facil, facil...
- ¡No, no! No me parece seguro. ¡Cómo eres ingenuo, hijo mío!
- Ah, siempre lo mismo, desde que me acuerdo tu siempre "que abrígate", "que no tomes bebidas frías", "que no hagas amistad con ese niño que es mal educado". Ni mismo en los paseos de la escuela me dejaste ir. ¡Todo por tus miedos inútiles!
(El padre llega)
- Hijo, ¿ya estás listo? ¡¡¡Aprésate porque consegui los pasajes para escalar el Aconcágua!!!
- Ay dios mío, no lo creo...

(Juliana, Cecília y Grazi)

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