- ¡Toma aquí tu dinero!
- ¿Pero tan poco? Te doy ciento y cincuenta pesos ¿y vos me pagas
solamente cincuenta?
- Si.
- ¡HIJO DE PUTA! Salgo de los trabajos toda sucia, enojada, pongo
cosas en mi boca tan consistentes cuanto pasas de uva, y me das solo eso.
- Si.
- ¡TE VOY A PEGAR! Te enseñaré a darme más valor.
- ¡QUEDATE QUIETA! Y no sueles a incomodarme más, ¿ok?
- Señor, utilicé ropas diferentes, consumimos las bebidas más caras,
me quedé por cuatro horas con el viejo mugriento y podrías darme un poco más. ¿Qué
te parece? ¿Soy o no soy una buena menina?
- Hum. Toma aquí más quince pesos y ande para casa que ya voy. Quiero
un café nuevo, ¿OK?
- Si mi amor, ya nos vemos en casa.
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