jueves, 8 de septiembre de 2011

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Dios/a, a veces todas las ganas se van juntas a pasear por ahí, y te dejan sólo/a. Bueno, la verdad que esto no es verdad. Me gustaría escribir, creo pues que tenga ganas o0" otra será la cosa que se me ha ido, tal vez los pensamientos o0" pero si están ahí las palabras, ¿también los pensamientos no deberían estar? Las preguntas siempre están, pero no sé si son pensamientos, las respuestas se parecen más a los pensamientos, pero los pensamientos, dicen, son algo como unos péptidos ahí entre unas descargas eléctricas y quéséyo de esta ingeniería. Me ocurre que es imposible no saber, por lo menos si sabés lo que no sabés. Si las respuestas están en las preguntas, lo que no sabes debe estar en el conocimiento de la ignorancia esta. Lo más frustrante que le pueda pasar a alguien es querer escribir, porque primero querés la originalidad, o querés escribir algo que no sepas, que esté más allá de tus límites, y eso es imposible, justamente porque si lo nombraste, ya es real para vos. Es como si sólo se pudiera escribir sobre los muertos, nunca sobre la vida. La misma lluvia que cae y el cielo gris tienen más vida que estas palabras.

Me junto a ellos.

o/

1 comentario:

  1. A veces la escritura sirve precisamente para encontrar lo que una no sabe. Escribiendo se formulan preguntas y se va a parar a callejones sin salida. Palabras y pensamientos están tan justos, que es en el esfuerzo por encontrarlas que acertamos a dar forma a los primeros. A veces escribimos cosas que nos dejan atónitas, que no sabíamos y que no sabemos, como esa frase tuya: 'es como si sólo se pudiera escribir sobre los muertos'.

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