viernes, 23 de septiembre de 2011

Catalina y la luna llena

Hizo mucho frío en el invierno del año 73 en una isla llamada Desterro. En pantano del sur, un barrio al extremo sur de la isla, la vida pasa despacio para la jubilada Catalina. Sus programas predilectos son oír la radio Guararema, teniendo Helio Costa como su locutor preferido y mirar la calle por la ventana de la cocina de su casa, muchas veces causando desavenencia con su vecina Dulcina. Por esta ventana Doña Catalina ha visto ocurrir un crimen horrible.

En una noche de cielo muy claro y luna llena, en el sur de la isla, la pobre señora presenció la ultima aparición del famoso “lobisomem da costa de dentro.” Esta aberración con el cuerpo mitad hombre y mitad lobo, llevo Aparecida la tercera hija de la vecina Dulcina, que estaba en la playa esperando su papá llegar del mar con las Tainhas, rico pescado que en el invierno viene reproducirse en las aguas calientas de la isla de Desterro. Hecho que ha cambiado la vida de Catalina para siempre. La señora se cierra en la casa antes de caer la noche cuando hay luna llena.

Ademilson su único hijo vive en el centro, trabaja como mesero en el Ponto Chic Café. No quiso seguir la carrera de pescador como su papá, el señor Laudelino, un valiente pescador, que en una de sus salidas al mar, al revés de una sardina le enganchó un tiburón que le saco la vida, en sus 67 años. A lo largo de la soledad en que ha vivido en los últimos años, la cotilla Catalina vive haciendo sus piezas de “renda de Bilrro”, herencia de su mama que vino de Portugal habitar la isla en el comienzo del siglo. Sigue fisgoneando la casa de la vecina Dulcina. Se va en muchas noches frías del invierno a la playa buscar las Tainhas cuando ahí vienen los pescadores del mar, pero nunca ha ido en las lunas llenas.

1 comentario:

  1. Perfecto. Parece una película de suspense con un toque mágico. Pobre señora Catalina. ¿Y si el hombre lobo algún día viniera a por ella?

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