domingo, 28 de octubre de 2012


Cronos

Parece que me volví loco, no una locura clásica, como en el preciso momento en que me doy cuenta de que me estafaron, o cuando pasa algo grave, como una discusión fuerte en la que el otro no entiende la lengua en la que hablo, porque grito, sencillamente yo grito. Ahora es algo distinto, se pasó casi una mitad de vida, si, de mi vida, pero es como si yo estuviera medio  anestesiado, o como mirando mi propia película, como actor y como espectador a la vez.

No hay una sensación que pueda expresar el pasar del tiempo, busco alguna palabra que me acerque a algo que se pueda parecer al exacto segundo (la medición de tiempo que inventamos para llegar hasta la muerte) en que me di cuenta que ya se habían pasado como unos 50 años de mi existencia. La gran situación en la que me encuentro es que por mas que, cuando me miro al espejo y veo la imagen de un viejo, no un "viejote", un rostro con marcas, siento en “mis adentros”, o en mi esencia, como si todavía tuviera 20 años. Dicen que la locura y la racionalidad andan bien juntitas, en mi caso te diría que están “transando” hace tiempo, pero ahora la pregunta es: ¿que hago con el tiempo que me queda?, y la respuesta viene como una corazonada: que no voy hacer nada de tan... nuevo con lo que me quedará de esa medición.

 

 

 

 

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