Estaba yo caminando
tranquilamente por la calle Conselheiro Mafra, en centro de Florianópolis. Una
mañana soleada del veranico de mayo empezaba a rayar. Pensaba en la vida y la
deudas. Había peleado con mi esposa, pues sinceramente, no creía que, en verdad,
no es algo tan importante lo de la peluquería del perro. Ya no me ganaba lo
suficiente para todos los lujos solamente con la fotografía.
Llegando a la esquina de la
calle jerônimo coelho, me enteré por medio de un amigo residente del barrio
caeira barra do sul, extremo sur de la isla de Santa Catarina, que una nave
espacial había aterrizado en la playa de naufragados, y estaban allá en media
de la mata arreglando su nave para seguir viajen. De pronto, decidí marchar al
sur, con el objetivo de sacar la foto que podría sacarme del ahogamiento
financiero.
Después de 40 minutos ya estaba
en la boca del sendero del naufragados. Un montón de curiosos regresaban
hablando que no habían encontrado ninguna nave, que la luz que brillaba atrás
del morro en la noche pasada, era una tormenta en el horizonte del océano
atlántico. Decidí seguir y tirarme en el
agua fría para olvidar el desengaño. Caminando hacia la parte sur de la playa,
donde queda el faroleo, he encontrado una llanta de volkswagen fusca. Refunfuñando
en la vida y en todo esfuerzo en vano, tiré la llanta para arriba, y al toque
saqué la foto. La llanta giraba con el cielo azul de fondo, y para mi sorpresa
el efecto de la foto salió increíble, definitivamente se parecía con la nave.
Por la tarde de broma, envié por
correo la foto para el editor del periódico O Estado, hablando que era la nave
de naufragados. En dos horas ya habían decidido en conferencia que seria la
capa en el día siguiente. Yo me estaba volviendo loco, pues el dinero del
imagen iba ayudarme mucho, pero era una llanta de fusca. Cuando ya estaba con
la cuerda en el cuello, el comandante de la Base aérea de Florianópolis entra
en el periódico pidiendo la foto y prohibió restrictamente la publicación de la
imagen. Ahora era un asunto militar.
Todos en la isla realmente creen
que un día azul de mayo, una nave aterrizo en la playa de naufragados. Los
militares, bueno eses creo que pusieron la imagen en un cajón. Bueno yo
realmente me quedé famoso por la foto que nadie lo vio. Logré huirme del
problema financiero. Mi esposa ha comprado otro perro. Lo que me ahoga ahorita
es la culpa del silencio.
La nave de Naufragados
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