domingo, 14 de octubre de 2012
Lluvia
Ahora entraba, en fin, al coche negro ricamente adornado con rosas blancas que exalaban su perfume; estaba feliz, radiante dentro del fino vestido blanco de encaje de Bruselas. En el cabello, una corona de flores de azahar le daban un aire angelical. El perfume de las flores se mezclaban, acariciando suavemente sus sentidos. Tan anhelado momento se aproximaba, todo estaba saliendo como había sido previsto - un suspiro de alivio- Encandilada no percibió que nubes negras y rabiosas se aproximaban, salió del carro. La puerta de la iglesia, a tan solo veinte pasos, la esperaba, dio seis pasos y una terrible lluvia se desató, ya era tarde para soluciones fáciles.
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